Los alemanes huyen y llegan los rusos al campo de concentración, pero los
buenos presagios que auguraba la libertad conseguida son el inicio de múltiples
vicisitudes. Sobrevivir en un principio hasta que les llevan alimentos y
posteriormente un traslado hacia otro campo de acogida.
Se inicia un largo periodo de tiempo en el que una vez asumida la libertad,
la gente empieza a recuperar su conciencia de persona y van dejando atrás, no
sin traumas, su conciencia de mero “burro de carga” destinado al trabajo y que
ha sido maltratado física y mentalmente.
Pasado un tiempo se recobra la necesidad de volver a casa y tras diversas
vicisitudes y sobretodo de diversos viajes en trenes con destinos diversos,
consiguen regresar a casa y con ello la vuelta con los seres queridos y a un
hogar. Pero nunca dejaran atrás los malos recuerdos y las marcas de la guerra y
del Campo de Concentración, sólo les marcharan cuando pierdan la vida.
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