El encanto de este museo es visitar la casa donde vivió Sorolla en Madrid y ver como era la casa y el jardín donde pensó y realizo algunas de sus obras.
Lo más atractivo de ir a este museo es que es entrar a la casa y alejarte de Madrid. Irte de la meseta para llegar a orillas del Mediterráneo, de donde procedía el artista. Verte en medio de las playas de sus playas valencianas y acompañado de bañistas paisanos del pintor. Pero podrían ser catalanes, murcianos, o andaluces pero si no te lo dijeran podrías estar en las costas griegas o de Oriente Medio o del norte de África pues te sumerges en un Mar Mediterráneo donde las fronteras las pone nuestra imaginación.
Pero a parte de estos recuerdos del mar también pueden apreciarse cuadros de indudable belleza, como la colección dedicada a Granada y no quisiera dejar de mencionar la bella colección de cerámica que se encuentra en la planta baja.
Recuerda que si buscas a Sorolla, tienes un acogedor lugar para encontrarlo en Madrid. Muy lejos de donde puedas imaginarlo pero verás que a pesar de la distancia, aún alli lo encontrarás cerca del mar.
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