Para empezar hablaré de la puesta en escena que resulta muy adecuada para ambientar el concierto y contar la historia que hace de nexo entre canción y canción.
El concierto fue una mezcla de temas del nuevo disco y temas clásicos del repertorio de Ismael Serrano, que la gente cantó entregada como si en ello les fuera la vida. Últimamente, Papá cuéntame otra vez y otras de estas canciones se han convertido en himnos de la vida de muchos de los que seguimos a este artista de voz algo ronca y con aires de Serrat.
No faltaron sus menciones a conflictos políticos y económicos que suceden en el mundo y que llenan sus conciertos de reivindicaciones cual mítines en defensa de los que lo pasan mal.
Ismael Serrano se entregó a su público con 3h 45 de concierto y se produjo una simbiosis mágica entre artista y seguidores, que por momentos más que un concierto de un cantautor pareció un concierto de una gran coral.
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